martes, 3 de julio de 2012

TEATRO LATINOAMERICANO I


Teatro Latinoamericano


La existencia de un teatro prehispánico ha sido muy discutida ya que se poseen escasos datos sobre cómo pudieron haber sido las manifestaciones espectaculares de los pueblos precolombinos, pues la mayor parte de ellas tenían carácter ritual, por lo tanto, más que espectáculos en sí, eran formas de comunión que se celebraban durante las festividades religiosas. Las representaciones rituales precolombinas consistían básicamente en diálogos entre varios personajes, algunos de origen divino y otros representantes del plano humano.
Existe, sin embargo, un único texto dramático maya, descubierto en 1850, el Rabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial. Su representación depende de elementos espectaculares como el vestuario, música, danza y expresión corporal, sin ninguna influencia de origen europeo.
El resto de las tradiciones rituales sobreviven debido al sincretismo derivado de la fusión de las culturas autóctonas con la europea, con lo cual muestran hasta hoy un aspecto singular que no corresponde ni al indígena ni al español. Tal es el caso de las celebraciones religiosas populares mexicanas de Semana Santa en Iztapalapa y en Taxco o la celebración del Día de los Muertos.
Los esfuerzos de evangelización de los misioneros españoles se apoyaron en el teatro, que constituyó el instrumento básico para formar una mentalidad distinta a la cosmovisión indígena, así como para informar de la concepción europea. Las representaciones de los autos sacramentales se apoyaban básicamente en la música, los trajes, cantos, bailes y pantomimas que facilitaban la comunicación entre espectáculo y público que aún no dominaba el castellano. De este tipo de teatro sobreviven las "pastorelas", obras de carácter tragicómico representadas aún en México durante las festividades navideñas. La acción de todas ellas muestra las 'tentaciones' impuestas por una serie de diablos cómicos, que deben ser superadas por los pastores en el camino hacia el portal de Belén para adorar al niño Dios. Estas obras son un símbolo del camino de la vida que tiene como meta la contemplación de Dios.
En general la producción latinoamericana hasta la independencia, a principios del siglo XIX, estuvo influida en gran medida por el teatro español. A partir de finales de ese mismo siglo tal influencia se vio acrecentada especialmente por autores como Leandro Fernández de Moratín, José Zorrilla y José Echegaray, cuya influencia, junto con la de Jacinto Benavente, avalados ambos por el Premio Nobel, definió un modelo de teatro bastante antiguo en su concepción para ese momento.
En el siglo XX, con la llegada del realismo y las vanguardias europeas, ese teatro latinoamericano comenzó a ocuparse de su realidad particular y a buscar sus propias técnicas de expresión.

Teatro Argentino
El teatro argentino acusó una gran dependencia del teatro europeo (español, italiano y francés) hasta finales del siglo XIX. Entre los teatros más sobresalientes construidos antes del 1900 están el Colón, los de la Opera y Variedades, Liceo, Politeama, Nacional, Etc. desde los años (1857-1893) estos son los más sobresalientes. Juntos a ellos otros teatros de calles.
Unos y otros poseen una característica: se hallan en manos de elencos extranjeros, particularmente españoles e italianos pero también franceses, ingleses y de otras lenguas. En unos se ofrece el gran repertorio universal, clásico y moderno, animado por los artísticos dramáticos y lírico de mayor fama mundial. En otros se compone las carteleras con zarzuelas, bodeviles y piezas de diversión de variado origen y, ya hacia fines del siglo, abunda en ellos el llamado "genero chico" hispano. El gran teatro es mantenido por una elite para su particular necesidad cultural, regusto artístico o simple figuración social. En la escala menor también es frecuentado por dicha elite, en tren de "francachela" o entretenimiento, pero la programación se dirige y atrae a un publico más popular en todo sentido. Mucho influye así mismo, por supuesto, los muchos costos de las entradas, mas al alcance y la liberalidad que existe para asistir a los espectáculos. Pero, importa señalarlo, por varias décadas se carece no solo de un teatro de obras nacionales, sino también un elenco integrados por artistas criollos que pueda interpretar, sin falseamientos de ninguna índole, a los autores locales. Que nunca a faltado y por entonces ven obligados a entregar sus obras a prestigiosos conjuntos extranjeros, particularmente españoles (como le ocurre a Martín Coronado), o traducirlas a otro idioma que es lo que hacen Nicolás Granadas con dos de sus piezas, para que pueda ser estrenadas por una compañía italiana este es el panorama escénico, muy ceñido, por cierto abarca desde Caseros y llega, sin demasiadas variantes conceptuales hasta comenzar la ultima del siglo pasado.
En 1886, el "Circo de los hermanos Carlo" encargó a Eduardo Gutiérrez la adaptación de su novela Juan Moreira (1879) para ser presentada como espectáculo ecuestre-gauchesco-circense. El papel principal estuvo a cargo del actor José Podestá quien más tarde perfeccionó la adaptación de Gutiérrez que consistió en un mimodrama, convirtiendo Juan Moreira en el drama con el cual se inicia el teatro argentino con temas de espíritu nacional apoyados en la figura del gaucho, que conforma todo un ciclo en la literatura no sólo argentina, sino también uruguaya. Las obras del Ciclo gauchesco sitúan su acción en la Pampa y tratan acerca de los abusos e injusticias sufridos por los gauchos, la defensa de valores sociales y los conflictos con las autoridades debidos a la desigualdad social.
El realismo se estableció con Florencio Sánchez (1875-1910), que aunque nacido en Uruguay ganó su prestigio internacional en Argentina con obras como Barranca abajo (1905). Samuel Eichelbaum (1894-1967) es uno de los autores de más fuerte personalidad en el teatro argentino de principios del siglo XX. Llevó la crudeza del naturalismo al teatro con una fuerza dramática excepcional como puede apreciarse en La mala sed (1920), Un guapo del 900 (1940) y Dos brasas (1955).
En contraposición con el realismo se sitúa el teatro de Conrado Nalé Roxlo (1898-1971) con comedias como La cola de la sirena (1941) o El pacto de Cristina (1945), dramas de vuelo poético y más cercanos al simbolismo.
Durante la década de 1930 se formó el Teatro del pueblo, grupo teatral que mostró gran interés por la experimentación y la búsqueda de nuevas técnicas escénicas que dejaron a un lado el teatro de autor para centrarse en la figura del director. Esto tuvo como consecuencia la formación de un nuevo público, más intelectual y menos popular, interesado por la renovación vanguardista.
Surgieron entonces una serie de dramaturgos importantes como Roberto Arlt con La isla desierta (1937), obra inquietante acerca de la burocracia atrapada entre sus deseos y ansiedades y el mundo cotidiano e inmóvil en que se desarrolla su actividad. Otros dramaturgos importantes son Carlos Gorostiza El puente (1949), Agustín Cuzzani; Andrés Lizárraga. Osvaldo Dragún, muy atento a la problemática socioeconómica utiliza una vigorosa técnica expresionista y recursos brechtianos en obras como La peste viene de Melos (1956) e Historia de mi esquina (1959).
Griselda Gambaro y Eduardo Pavlosky representan la renovación vanguardista surgida a partir de los años 1960, década en la cual se alcanzó una gran libertad de expresión respecto a los problemas sociopolíticos. Ricardo Monti es otro de los autores tardíos destacados de este movimiento con obras como Los siameses (1967), El campo (1968), Una noche con el señor Magnus e hijos (1970) eHistoria tendenciosa de la clase media argentina (1971).
El régimen militar y su censura dieron paso a obras grotescas y simbólicas alusivas a la situación social; a este ciclo pertenecen La nona (1977) de Roberto Cosa y Telarañas (1977) de Pavlosky. Otros esfuerzos de protesta contra el régimen fueron los realizados por el Teatro abierto fundado en 1981 dedicado a representar obras de autores reconocidos y de jóvenes valores, entre los que destaca Eugenio Griffero con El príncipe azul (1982), que trata sobre los roles sociales rígidos que llevan a la traición de los más auténticos y vivos sentimientos.
Con el restablecimiento de la democracia, la fórmula teatral imperante perdió su sentido y la escena volvió a ser ocupada por los autores ya consagrados como Gambaro, La mala sangre (1982); Pavlosky con Potestad (1985), y Cossa con Los compadritos. A partir de 1983 han surgido nuevos nombres como Juan Carlos Badillo, Daniel Dátola, Nelly Fernández Tiscornia, Emeterio Cerro y Carlos Viturelo.


Latinoamericano, Teatro, teatro de los pueblos de México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe cuya lengua madre es el español. La existencia de un teatro prehispánico ha sido muy discutida ya que se poseen escasos datos sobre cómo pudieron haber sido las manifestaciones espectaculares de los pueblos precolombinos, pues la mayor parte de ellas tenían carácter ritual, por lo tanto, más que espectáculos en sí, eran formas de comunión que se celebraban durante las festividades religiosas. Las representaciones rituales precolombinas consistían básicamente en diálogos entre varios personajes, algunos de origen divino y otros representantes del plano humano.
Existe, sin embargo, un único texto dramático maya, descubierto en 1850, el Rabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial. Su representación depende de elementos espectaculares como el vestuario, música, danza y expresión corporal, sin ninguna influencia de origen europeo.
El resto de las tradiciones rituales sobreviven debido al sincretismo derivado de la fusión de las culturas autóctonas con la europea, con lo cual muestran hasta hoy un aspecto singular que no corresponde ni al indígena ni al español. Tal es el caso de las celebraciones religiosas populares mexicanas de Semana Santa en Iztapalapa y en Taxco o la celebración del Día de los Muertos.
Los esfuerzos de evangelización de los misioneros españoles se apoyaron en el teatro, que constituyó el instrumento básico para formar una mentalidad distinta a la cosmovisión indígena, así como para informar de la concepción europea. Las representaciones de los autos sacramentales se apoyaban básicamente en la música, los trajes, cantos, bailes y pantomimas que facilitaban la comunicación entre espectáculo y público que aún no dominaba el castellano. De este tipo de teatro sobreviven las 'pastorelas', obras de carácter tragicómico representadas aún en México durante las festividades navideñas. La acción de todas ellas muestra las 'tentaciones' impuestas por una serie de diablos cómicos, que deben ser superadas por los pastores en el camino hacia el portal de Belén para adorar al niño Dios. Estas obras son un símbolo del camino de la vida que tiene como meta la contemplación de Dios.
En general la producción latinoamericana hasta la independencia, a principios del siglo XIX, estuvo influida en gran medida por el teatro español. A partir de finales de ese mismo siglo tal influencia se vio acrecentada especialmente por autores como Leandro Fernández de MoratínJosé Zorrilla y José Echegaray, cuya influencia, junto con la de Jacinto Benavente, avalados ambos por el Premio Nobel, definió un modelo de teatro bastante antiguo en su concepción para ese momento.
En el siglo XX, con la llegada del realismo y las vanguardias europeas, ese teatro latinoamericano comenzó a ocuparse de su realidad particular y a buscar sus propias técnicas de expresión.
El advenimiento de las teorías de Bertold Brecht halló un buen campo de cultivo en Latinoamérica, aquejada por problemas políticos y con la necesidad de concienciar a su población. De aquí han surgido teóricos y dramaturgos importantes como el colombiano Enrique Buenaventura y su trabajo en el TEC (Teatro Experimental de Cali), o Augusto Boal, en Brasil, quien ha desarrollado técnicas de teatro callejero y para obreros en su libro Teatro del oprimido (1975). Grupos como 'Rajatabla' y 'La Candelaria' se han preocupado por hacer del teatro un instrumento de discusión de la realidad social sin dejar a un lado el aspecto espectacular y estético del mismo.
México
A partir de la época colonial, el teatro se basó completamente en los modelos europeos. A finales del siglo XVII, destacó en México sor Juana Inés de la Cruz, autora de Los empeños de una casa, comedia de enredo con influencia calderoniana cuya acción transcurre en Madrid y con personajes típicos de las comedias de la época; Amor es más laberinto, en la cual recurre a personajes de la mitología griega yEl cetro de José y El divino Narciso (1688), autos sacramentales en los cuales intervienen personajes mexicanos.
Aunque nacido en Taxco, México, Juan Ruiz de Alarcón realizó sus estudios y su trabajo en España. Escrita bajo una concepción moral a la manera griega clásica, su obra se diferencia de la de sus contemporáneos en una mayor meticulosidad en la preparación de la trama y los versos, así como en la aguda observación psicológica del carácter. En sus obras los vicios son condenados, a diferencia de las comedias de Lope de Vega, en las cuales el final feliz, a toda costa, es el fin perseguido. Sus personajes no son como los de Lope, derivados de las necesidades de la trama o simbólicos como los deCalderón de la Barca. Ruiz de Alarcón construye la acción a partir del carácter de los personajes, que sirve de impulso para proyectar el mundo interior y el mecanismo de cada obra. Entre sus obras más importantes están: Las paredes oyen (1628) y Ganar amigos (1634).
Varios años después de la independencia se reanuda una producción dramática digna de mención. Autores importantes de este periodo son Manuel Eduardo de Gorostiza (1789-1851) con su obra Contigo, pan y cebolla (c.1830), comedia en la que satiriza el sentimentalismo de los románticos, y Fernando Calderón (1809-1845) con A ninguna de las tres (1849), obra muy influida por el espíritu romántico del dramaturgo español Bretón de los Herreros.
De tal influencia, aunque trasladada a escenarios y personajes mexicanos surgieron autores como José Joaquín Gamboa que en la década de 1920 escribió La venganza de la gleba, obra sin embargo de temática social en la que se trata la desigualdad, la opresión entre clases y el derecho de pernada como uno de tantos abusos y formas de explotación que los latifundistas ejercían sobre los campesinos.
En 1902 fue fundada la Sociedad de Autores Dramáticos que se interesó por organizar lecturas de obras de autores mexicanos. Tal circunstancia fomentó la aparición de dramaturgos que, sin embargo, tenían que competir con el teatro llegado de España. Fue en 1928, con la formación del grupo Ulises que se inició un movimiento de vanguardia y renovación teatral encabezado por Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, quienes, junto con Rodolfo Usigli, se dedicaron a la traducción de obras de importantes autores contemporáneos como Henrik IbsenAugust StrindbergLuigi Pirandello, Henri-René Lenormand,Bernard ShawAntón Chéjov, Eugene O'Neill y otros muchos. Más tarde en 1932 se formó el grupo del Teatro Orientación, fundado por el dramaturgo Celestino Gorostiza preocupado por las innovaciones escénicas. Fue este grupo el que introdujo las técnicas de directores teatrales como Gordon Craig, Max Reinhardt y Erwin Piscator.
En los años 1950, Salvador Novo funda el Teatro la Capilla y presenta las obras de Samuel Beckett y Eugène Ionesco. De los trabajos de Villaurrutia, Novo y Usigli surgió más tarde el teatro universitario y la carrera de Literatura Dramática y Teatro de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los tres, junto con Celestino Gorostiza, formaron importantes generaciones de actores, directores y dramaturgos y gracias a ellos el teatro mexicano comenzó a adquirir personalidad y a tratar problemas propios tomando como punto de partida la realidad del espectador a quien va dirigido.
El primer gran dramaturgo mexicano es, sin lugar a dudas, Rodolfo Usigli, autor de una gran producción rica en matices. Entre sus obras destacan: El gesticulador (1937), Corona de fuego (1960), Corona de sombra (1943), Corona de luz (1964), Medio tono (1937) y Los viejos (1970).
La llegada a México del director teatral japonés Seki Sano, alumno de Stanislavski, supuso una influencia de primera mano del realismo como técnica de dirección y actuación. Fue su montaje de Un tranvía llamado deseo, del autor estadounidense Tennessee Williams, lo que influyó definitivamente en la formación de una generación de dramaturgos con un sólido conocimiento y dominio de la técnica teatral: Emilio Carballido, con Rosalba y los llaveros (1950) o Rosa de dos aromas (1985), que en la década de 1980 alcanzó cinco años de temporada y más de 2.500 representaciones; Luisa Josefina HernándezLos frutos caídos (1957); Héctor MendozaLa danza del Urogallo múltiple (1970), Oriflama y Zona templada (1991) son sólo algunas de las obras importantes de su extensa producción y Sergio Magaña con Los signos del zodíaco (1951) y Moctezuma II (1954), cuyas obras inauguraron un nuevo ciclo en el teatro mexicano y el conjunto de su obra es hoy modelo de creación, debido a su perfección técnica, libertad estructural, diversidad temática y profunda observación de su sociedad.
Esta generación de autores creó la necesidad de unos directores capaces de comprender y asimilar el universo planteado en las nuevas obras. Surgen también directores innovadores y preocupados por la experimentación y el manejo de nuevos recursos escénicos, entre los que destacan: Héctor Mendoza, Luis de Tavira, Julio Castillo, Ludwick Margules, José Luis Ibáñez y Juan José Gurrola.
También destacan en el panorama teatral mexicano, Luis G. Basurto con El candidato de Dios (1987); Héctor Azar, Hugo Argüelles y Vicente Leñero, cuya obra Los albañiles (1964) está basada en las técnicas del teatro documento apoyado en sucesos sensacionalistas extraídos de los diarios o de la historia del país que luego recrea eficazmente en escena.
Destacan además los nombres de Óscar Villegas, hábil autor cuyas obras poseen una fuerza dramática impresionante; Willebaldo López, Pilar Campesino, Hugo Iriart, Jesús González Dávila, Óscar Liera, Juan Tovar, Víctor Hugo Rascón Banda, Sabina Berman y recientemente, Hugo Salcedo, ganador en 1989 del premio Tirso de Molina por El viaje de los cantores.
Cada año se celebran en México dos importantes festivales artísticos internacionales en los cuales el teatro tiene un papel preponderante, el 'Festival Cervantino' de Guanajuato y el 'Festival de la Ciudad de México'.
Es digno de mencionar el movimiento de teatro campesino surgido en un esfuerzo por acercar al teatro a los indígenas residentes en la selva de Tabasco. En un principio se trabajó con obras de la literatura universal. Su espectáculo más conocido ha sido Bodas de sangre (1933), de Federico García Lorca en el cual participó la comunidad entera en el montaje de un espectáculo en el que todos eran actores y el mismo pueblo la escenografía. Más tarde, autores reconocidos han escrito obras más cercanas a su realidad.
Argentina
Como en el resto de los países latinoamericanos, el teatro argentino acusó una gran dependencia del teatro europeo (español, italiano y francés) hasta finales del siglo XIX. En 1886, el 'Circo de los hermanos Carlo' encargó a Eduardo Gutiérrez la adaptación de su novela Juan Moreira (1879) para ser presentada como espectáculo ecuestre-gauchesco-circense. El papel principal estuvo a cargo del actor José Podestá quien más tarde perfeccionó la adaptación de Gutiérrez que consistió en un mimodrama, convirtiendo Juan Moreira en el drama con el cual se inicia el teatro argentino con temas de espíritu nacional apoyados en la figura del gaucho, que conforma todo un ciclo en la literatura no sólo argentina, sino también uruguaya. Las obras del Ciclo gauchesco sitúan su acción en la Pampa y tratan acerca de los abusos e injusticias sufridos por los gauchos, la defensa de valores sociales y los conflictos con las autoridades debidos a la desigualdad social.
El realismo se estableció con Florencio Sánchez (1875-1910), que aunque nacido en Uruguay ganó su prestigio internacional en Argentina con obras como Barranca abajo (1905). Samuel Eichelbaum(1894-1967) es uno de los autores de más fuerte personalidad en el teatro argentino de principios del siglo XX. Llevó la crudeza del naturalismo al teatro con una fuerza dramática excepcional como puede apreciarse en La mala sed (1920), Un guapo del 900 (1940) y Dos brasas (1955).
En contraposición con el realismo se sitúa el teatro de Conrado Nalé Roxlo (1898-1971) con comedias como La cola de la sirena (1941) o El pacto de Cristina (1945), dramas de vuelo poético y más cercanos al simbolismo.
Durante la década de 1930 se formó el Teatro del pueblo, grupo teatral que mostró gran interés por la experimentación y la búsqueda de nuevas técnicas escénicas que dejaron a un lado el teatro de autor para centrarse en la figura del director. Esto tuvo como consecuencia la formación de un nuevo público, más intelectual y menos popular, interesado por la renovación vanguardista.
Surgieron entonces una serie de dramaturgos importantes como Roberto Arlt con La isla desierta (1937), obra inquietante acerca de la burocracia atrapada entre sus deseos y ansiedades y el mundo cotidiano e inmóvil en que se desarrolla su actividad. Otros dramaturgos importantes son Carlos Gorostiza El puente (1949), Agustín Cuzzani; Andrés Lizárraga. Osvaldo Dragún, muy atento a la problemática socioeconómica utiliza una vigorosa técnica expresionista y recursos brechtianos en obras como La peste viene de Melos (1956) e Historia de mi esquina (1959).
Griselda Gambaro y Eduardo Pavlosky representan la renovación vanguardista surgida a partir de los años 1960, década en la cual se alcanzó una gran libertad de expresión respecto a los problemas sociopolíticos. Ricardo Monti es otro de los autores tardíos destacados de este movimiento con obras como Los siameses (1967), El campo (1968), Una noche con el señor Magnus e hijos (1970) eHistoria tendenciosa de la clase media argentina (1971).
El régimen militar y su censura dieron paso a obras grotescas y simbólicas alusivas a la situación social; a este ciclo pertenecen La nona (1977) de Roberto Cosa y Telarañas (1977) de Pavlosky. Otros esfuerzos de protesta contra el régimen fueron los realizados por el Teatro abierto fundado en 1981 dedicado a representar obras de autores reconocidos y de jóvenes valores, entre los que destaca Eugenio Griffero con El príncipe azul (1982), que trata sobre los roles sociales rígidos que llevan a la traición de los más auténticos y vivos sentimientos.
Con el restablecimiento de la democracia, la fórmula teatral imperante perdió su sentido y la escena volvió a ser ocupada por los autores ya consagrados como Gambaro, La mala sangre (1982); Pavlosky con Potestad (1985), y Cosa con Los compadritos. A partir de 1983 han surgido nuevos nombres como Juan Carlos Badillo, Daniel Dátola, Nelly Fernández Tiscornia, Emeterio Fierro y Carlos Viturelo.
Uruguay
Durante las décadas de 1970 y 1980 destacó la actividad de El Galpón, grupo que se caracterizaba por el cuidadoso trabajo de dirección y la preparación de actores. Al desintegrarse, a mediados de 1980, varios de sus miembros afincados en México fundaron Contigo América, dirigidos por Blas Braidot.
El régimen militar instaurado a partir de 1973 lanzó al exilio a los dramaturgos más importantes comprometidos con la situación político-social. Tal situación paralizó casi completamente la actividad teatral del país. Autores importantes son Jacobo Langsner con obras como La gotera (1973), Esperando la carroza (1974) y La planta (1981); y Víctor Manuel Leites con Doña Ramona (1974), que alcanzó gran éxito en México representada por el grupo Contigo América, que realizó una interesante propuesta escénica llevada a cabo en la planta baja de una vivienda. Durante la representación los espectadores se situaban en butacas apoyadas en los muros, de tal manera que ninguno poseía el mismo punto de visión, lo cual daba la impresión de estar asistiendo como espectador accidental a la actividad cotidiana de los personajes.
Las dictaduras militares han afectado de diversos modos a la producción teatral en Sudamérica: en algunas ocasiones la han hecho desaparecer; sin embargo, en otras, su censura ha estimulado la búsqueda de nuevos recursos dramáticos y escénicos.
Chile
Dentro del panorama teatral chileno destacan Egon Wolf con su obra Los invasores (1963) que, escrita bajo la concepción del teatro del absurdo, resulta ser una violenta farsa en la cual enfrenta a representantes de la clase burguesa con la 'turba de desarrapados', carente incluso de los recursos más elementales, que invaden sus casas.
Otro de los autores consagrados es Jorge Díaz, inscrito también a la corriente del absurdo muy en la línea de Eugène Ionesco. El cepillo de dientes (1961) y Réquiem por un girasol (1961) son sus dos obras más conocidas e importantes.
A principios de la década de 1970 la creciente actividad de creación colectiva minó la creación dramática hasta que el golpe de Estado censuró toda referencia a la realidad socio-política chilena. Surgieron entonces varios grupos que se encargaron de la renovación teatral. Entre los más destacados se cuentan el Teatro Imagen y el Taller de Investigación Teatral, además de los dramaturgos Luis Rivano, Jaime Miranda y Marco Antonio Miranda.
Perú
Es importante resaltar el trabajo del dramaturgo Sebastián Salazar Bondy (1924-1965) con El fabricante de deudas (1962) y Rabdomante (1965). En todas ellas aborda temas de la realidad social de su país en tono de farsa y basado en técnicas brechtianas.
Colombia
Es uno de los países donde la actividad teatral a nivel de propuestas escénicas de creación colectiva se ha desarrollado con más fuerza. Destacan los trabajos experimentales de Enrique Buenaventura (La tragedia de Henri Christophe, 1963) a la cabeza del Teatro experimental de Cali (TEC). Otros grupos importantes son La Candelaria y El Búho. Tiene gran importancia a nivel internacional el Festival teatral de Manizales.
Venezuela
En este país destaca la actividad del grupo Rajatabla, así como la labor del autor Román Chalbaud; su obra Los adolescentes (1961) es ganadora del Premio Ateneo de Caracas; también destacan Caín adolescente (1955), Réquiem para un eclipse (1958) y Sagrado y obsceno (1961) que constituyen todas ellas una crítica contundente a la realidad político-social venezolana.
Isaac Chocrón, quien además de dramaturgo ha destacado como empresario teatral y como profesor universitario, formó parte, junto con Cabrujas y Chalbaud, del Nuevo grupo, creado a partir de 1967. Este grupo, consideraba primordial la figura del autor y la consideración al texto dramático. Chocrón es uno de los renovadores del teatro venezolano con obras como Mónica y el florentino (1959),Animales feroces (1963) y La revolución (1972). Entre sus ensayos sobre teatro destacan: El nuevo teatro venezolano (1966), Tendencias del teatro contemporáneo (1968) y Sueño y tragedia en el teatro norteamericano (1984).
La creación del Nuevo grupo fomentó la aparición de nuevos autores como Elisa Lerner, José Antonio Rial, Edilio Peña y Néstor Caballero.
Cuba
En Cuba destaca la labor de Virgilio Piñera que con Electra Garrigó (1948) se convirtió en el autor más importante de su país. A estas siguieron varias obras grotescas, a la manera del teatro del absurdo, estilo que dominó toda su primera producción y que abandonó más tarde para lograr un realismo profundo y conmovedor a la manera chejoviana con Aire frío (1959).
Otros autores cubanos de renombre internacional son Abelardo Estorino con El robo del cochino (1961) y José Triana con La noche de los asesinos (1966), farsa violenta y catártica en consonancia con el teatro del absurdo.
En 1968 fue fundado el grupo de Teatro Escambray, que basaba su trabajo en técnicas brechtianas y cuya meta era lograr espectáculos de creación colectiva con gran carga ideológica.
El gran logro del teatro latinoamericano puede ser sintetizado en la superación de las influencias culturales a los que se ha visto expuesto constantemente, pero, sobre todo, a la adecuación con su realidad social para cuya transformación ha sido instrumento puntual y constante.
BIBLIOGRAFÍA
El Mundo de la Cultura – Historia del Espectáculo (Teatro) – Fascículos 9 y 10 – VISCONTEA
El Teatro Universal – M.Aurelia Capmany – Colección Si-No – ED. BRUGUERA.
La Historia de la Literatura Argentina – Colección Capítulo – Fascículo 30 – CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA.
Las Grandes Religiones Ilustradas – Volúmen I – Fascículo 1 al 18 – ED. MATEU RIZZOLI
Enciclopedia Encarta 98 – Microsoft Home – MICROSOFT

EL RABINAL ACHI


El Rabinal Achì


VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org Teatro prehispanico Guatemalteco. El proceso de comunicacion teatral social y cultural. Lic. Carlos Galindo. Guatemala.

VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org Comunicarse para el hombre es tan natural y necesario como respirar, y durante las últimas décadas del siglo veinte las diversas formas de hacerlo han sufrido cambios tan profundos y vertiginosos que sus redes constituyen una nueva atmósfera para el planeta.

La comunicación, es pues, un fenómeno utilizado por diversas culturas que a su vez converge con todas las ciencias del hombre. Es una herramienta importante, el proceso de transmisión de conocimiento para con el hombre que a su vez utiliza códigos y signos para transmitir sus ideas.

Todas estas actividades se relacionan una con otra a través de disciplinas que involucran la comunicación, cultura, teatro. De ahí que para comprender este proceso de comunicación sea necesaria una visión abarcadora y coherente.

Esta investigación aborda aspectos fundamentales de las teorías de comunicación y teorías teatrales. Su importancia radica en la función unificadora que desempeñan al tratar cualquier tema que incluya el proceso de comunicación y su práctica concreta a través de la utilización del sistema teatral de signos. Este sistema varía de acuerdo con su disposición, aspectos espaciales, acústicos, no verbales, de texto, la utilización de signos artificiales y naturales.

El proceso de comunicación permite mejorar el manejo de las vinculaciones entre personas, reducir los fracasos y eliminar contradicciones todo a través de una correcta aplicación del teatro como sistema de comunicación y su correcta aplicación dentro del proceso de comunicación. Al mismo tiempo que apoya a las actividades de comunicación integral.

VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org El presente análisis abarca únicamente la obra de teatro “El Rabinal Achí”, la cual se presenta en las fiestas patronales en el municipio de Rabinal, departamento de Baja Verapaz,Guatemala para lo cual se utiliza el texto de Luis Cardoza y Aragón.

Para realizarlo se utilizaron los siguientes instrumentos metodológicos: El método de David Berlo, los trece signos del teatro y los diferentes códigos y signos que pueden encontrarse en este texto teatral

“El teatro como sistema de comunicación cultural: Códigos y signos teatrales utilizados en la obra El Rabinal Achí (El Varón de Rabinal) ballet-drama de los indios K´iche´ de Guatemala.”

La situación específica que generó este análisis es la escasa información que existe en Guatemala primordialmente sobre “El teatro como sistema de comunicación cultural”.

El estudio de signos y códigos teatrales mediante un modelo de comunicación establecida sea este el modelo David Berlo y el apoyo de la semiótica del teatro, aplicado a la obra El Rabinal Achí. Berlo (2002).

Dentro del proceso de comunicación existen distintas ciencias y materias que apoyan a esta disciplina. Este es el caso del teatro, un vehículo de comunicación fácilmente distinguible, con una gran dosis de tradición y herencia.

Mucha gente lo clasifica como un vehículo de “entretenimiento”, como algo independiente a la comunicación y persuasión, e ignora totalmente cuáles son los efectos que estos mensajes pueden llegar a producir en el nivel de conocimiento, en los procesos de pensamiento y en las actitudes de un público, todo esto a través de la “comunicación de masa” y la “comunicación por medio de las artes”.

Analizar el sistema que utiliza el teatro, su sistema de signos y códigos, por medio de un método adecuado, nos permitió ampliar nuestro conocimiento y comprender la manera cómo el teatro puede utilizarse dentro del proceso de comunicación.
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Existen estudios previos donde la obra El Rabinal Achí es punto central de estudio, citaremos algunos de los más relevantes a la presente fecha:

La recopilación histórica al K´iche´ que realizó Bartolo Sis, un anciano principal, que poseía el conocimiento tradicional de uno de los sucesos históricos políticos K´iche´ más representativos, y fue retomado por el abate Charles Etienne Brasseur de Bourbourg (publicado en francés y K´iche´ en 1862).

- El estudio principal por el abate Charles Etienne Brasseur de Bourbourg (1814–1874), en el cual su perspicacia, su dedicación, su capacidad de trabajo y su vasta cultura general e histórica se evidencian en los cuatro volúmenes que presenta en su “Historie des Nations Civilices du Mexique et de l’ Amérique-Centrale” (1857), los cuales constituyen parte de la vida del investigador de nuestra cultura.

- El texto de nuestro insigne escritor Luis Cardoza y Aragón en el cual realiza una exhaustiva investigación sobre los orígenes del Rabinal Achí con el prólogo de otro investigador Georges Raynaud, del cual han partido distintos investigadores sobre este tema teatral.

- El antropólogo guatemalteco Carlos René García Escobar, un estudioso del Rabinal Achí, ha realizado distintos estudios, bajo el patrocinio de la Universidad de San Carlos de Guatemala y del Centro de Estudios Folklóricos, (CEFOL), del texto de carácter histórico y etnográfico de historia antigua del Rabinal Achí. Éste enmarca claramente la historia, los sucesos, la ubicación geográfica, la organización, los personajes, los trajes y los instrumentos, además de haber realizado un estudio sobre su coreografía y musicalización.

- La recopilación del original por el director del Subcentro Regional de Artesanías y Artes Populares, Hugo Fidel Sacor, en su texto titulado “Rabinal Achí o Danza del Tun”, bajo la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala, quien realizó una traducción del texto original de Bartolo Sis, el cual complementa como texto teatral un análisis musicológico y coreográfico.

- Ruud van Akkeren ha profundizado en este campo, por medio de investigaciones etnográficas y documentales efectuadas desde 1987, particularmente en la región de Rabinal, Baja Verapaz.
Van Akkeren obtuvo un doctorado por la Universidad de Leiden, Holanda, y es autor de los libros “Place of the Lord’s Daughter: Rab’inal, its history, its dance-drama”, y "Winaq re Juyub' Taq'aj, La Gente de los Cerros y Valles". El primero es un análisis detallado del ballet-drama actualmente conocido como Rabinal Achí y su contexto histórico. El segundo es una historia sucinta del altiplano de Guatemala, antes de la conquista española.

Además, existen trabajos de tesis relacionados con el estudio de las danzas folklóricas de nuestro país, tal el caso de:

- López Hernández, Fredy Estuardo “La iconografía en la danza ancestral Cunén–K´iche´.” (1994).

Asimismo existen trabajos relacionados con el proceso de comunicación tal el caso de la tesis de:

- Velásquez Nimatuj, Irma Alicia “Distintas formas de comunicación social en el K´iche´ Occidental.” (1992).

Este trabajo identifica los códigos y signos utilizados en la obra “El Rabinal Achí (El Varón de Rabinal) ballet-drama de los indios K´iche´ de Guatemala”, por lo que se responde al cuestionamiento siguiente:

¿Cuáles son los códigos y signos utilizados en la obra “El Rabinal Achí (El Varón de Rabinal) ballet-drama de los indios K´iche´ de Guatemala”?

Al utilizar el modelo de David Berlo, encontramos los signos y códigos teatrales que se utilizan en la obra “El Rabinal Achí (El Varón de Rabinal) ballet-drama de los indios K´iche´ de Guatemala”. Berlo (2002).

Con una gran dosis de tradición y herencia, el teatro es un vehículo de comunicación fácilmente distinguible y puede contarse dentro de las disciplinas que apoyan al proceso de comunicación.

Mucha gente lo clasifica como un vehículo de “entretenimiento”, como algo independiente a la comunicación y persuasión, e ignora totalmente cuáles son los efectos que estos mensajes pueden llegar a producir en el nivel de conocimiento, en los procesos de pensamiento y en las actitudes de un público, todo esto a través de la “comunicación de masa” y la “comunicación por medio de las artes”.

Analizar el sistema que utiliza el teatro, su sistema de signos y códigos por medio de un método adecuado, nos permitió ampliar nuestro conocimiento y comprender la manera cómo el teatro puede utilizarse dentro del proceso de comunicación.


Importancia del problema para el estudio de las ciencias de la comunicación

La comunicación no sólo consta de un aspecto informacional o cognitivo. Existen varios aspectos inconscientes o consientes que entran en juego. Lo emocional, visual, auditivo, táctil y gustativo colorean la comunicación.

El teatro como sistema de comunicación cultural a través de signos y códigos elabora un sistema de comunicación y aprendizaje dentro de un mismo proceso.

Por tales razones es de importancia para las ciencias de la comunicación y para los estudiantes de ellas, el poder detectar por medio de un análisis interno de teorías y métodos qué signos y códigos utiliza el teatro (Rabinal Achí) dentro del proceso de comunicación, encontrando a la vez en forma dinámica los elementos incidentes dentro de la estructura del modelo de comunicación de David Berlo.

De esta forma se logra contribuir al estudio de las ciencias de la comunicación y proporcionar un apoyo para futuras investigaciones en materia de comunicación y teatro.

Al considerar la importancia de este recurso para la comunicación en general, es necesario continuar validando científicamente los distintos cambios y aportes del proceso creativo teatral por parte de la Escuela de Ciencias de la Comunicación.

Importancia
para futuras investigaciones

El presente estudio pretende ser un instrumento de apoyo para futuras investigaciones, pues el teatro dentro del proceso comunicativo es un tema poco investigado.


El presente análisis abarca únicamente la obra de teatro “El Rabinal Achí”, la cual se presenta en las fiestas patronales en el municipio de Rabinal, departamento de Baja Verapaz, para lo cual se utiliza el texto de Luis Cardoza y Aragón.

Para realizarlo se utilizaron los siguientes instrumentos metodológicos: El método de David Berlo, los trece signos del teatro y los diferentes códigos y signos que pueden encontrarse en este texto teatral.

EL RABINAL ACHÍ

¿QUÉ ES EL RABINAL ACHÍ?

El Rabinal Achí es una tradición oral que Carlos René García Escobar, recoge en su libro “Historia Antigua y Etnografía del Rabinal Achí”, en el que menciona que hace más de quinientos años había una manifestación dramático danzaria que rememoraba una historia mítica basada en hechos reales, que representaba una situación política entre los grupos k’iche´ y los de Rabinal, es decir diferentes casas de conglomerados familiares y los de Rabinal que eran una rama de la casa K’iche´. García Escobar (2001).

Se trataba de reconocer tierras en posesión, que tenían diferentes grupos sociales los cuales se habían asentado en las tierras altas de lo que hoy es Guatemala y, en este caso, en lo que es el departamento de Baja Verapaz y uno de sus importantes valles, el Urram o sea el antiguo Zamaneb.

Allí se desarrolló el grupo Achí, de filiación idiomática K’iche´ comprendiendo tres asentamientos importantes: Rabinal, Cubulco y Chicaj.

Aunque no existen evidencias concretas, sino hasta un siglo después del inicio de la colonización española, se cree que el teatro danza k’iche´ llamado Rabinal Achí, pero popularmente conocido en el siglo XVI como Danza del Tun, del Uleutum o, del Tum Teleche, tomaba lugar en esas épocas en recuerdo de aquellos memorables sucesos antiguos en que los de Rabinal habían vencido a los de la casa Cawec y sacrificado a uno de sus más insignes guerreros, el valiente K´iche´ Achí.

Por ello, en vista de que la danza del Tun personificaba el sacrificio de un guerrero esclavo (llamado en K’iche´ “Teleche” es decir “esclavo o cautivo”) y su representación como ritual dramático danzario causaba gastos, costumbres y ritos no aceptados por la concepción cristiana de la religión católica, el Oidor Juan Maldonado de Paz prohibió este tipo de representaciones populares en el año de 1625, lo que produjo, en consecuencia, que se continuaran representando pero en la clandestinidad.

En efecto, algunas de ellas, transformadas a través del tiempo han llegado hasta nosotros y entre ellas, El Rabinal Achí que, de todos modos, es la que con más autenticidad preserva la cosmovisión original de las épocas antiguas de los pueblos k’iche´.

LOS SUCESOS

El gran guerrero Cawec de los k’iche´, jefe de los de Cunén y de Chajul, del linaje de Nimá K´iche´, llamado K´iche´Achí, durante 260 días y 260 noches ha estado atacando Cajiup, la fortaleza de los Rabinal, destruyendo algunos pueblos más, la ciudad de Balamyac y, además secuestra a Cinco Lluvia, el Ajau Hob Toj, gran señor de Rabinal, a fin de obligarlos a continuar tributando a los gobernantes de Nimá K´iche´. El otro gran guerrero de Rabinal, llamado Rabinal.

Achí, rescata a su señor Hob Toj y después captura a K´iche´Achí a quien ata a un árbol frente a Cajiup y a quien luego recrimina y discute el por qué de su captura y prisión. En esta discusión, ambos contendientes se intercambian apologías de sus propias hazañas y andanzas por diferentes ciudades del “imperio” K´iche´, a la vez que uno al otro se recriminan fechorías como la del rapto de los 14 mancebos de Rabinal, por Achí, y otras.

Rabinal Achí informa al Ajau Hob Toj sobre la captura de K´iche´ Achí y éste responde que lo recibirá cuando se le rinda en vasallaje, pero el guerrero Cawec prefiere morir antes que humillarse y, al quedar libre ataca a Rabinal Achí en señal de descontento.

Luego K´iche´ Achí se presenta ante el Ajau Hob Toj y todo el cortejo gobernante, nobles, servidumbre y guerreros águilas y tigres. Hob Toj pretende respetar el liderazgo de K´iche´ Achí, pero Rabinal Achí se ofende por ello, así lo hace saber a Hob Toj y éste rectifica su parecer.

Vuelve Rabinal Achí a explicarle al guerrero Cawec que Hob Toj lo perdonaría si se le humillase pero K´iche´ Achí rechaza la propuesta y, como antes, prefiere morir. Cuando se le hace conocer su sentencia de muerte pide se le concedan sus últimos deseos que son: probar fuerzas en combate con los guerreros águilas y tigres, comer y beber de lo que comen y beben sus captores, vestirse con los atuendos de Rabinal y bailar con música de pito y tum con U Chuch Gug, la madre de los pajarillos verdes, quien es una doncella proveniente de la región de Carchá.

Todo esto se le concede, pero cuando solicita 260 días y 260 noches para ir a despedirse de sus montañas y valles en la región propiamente K´iche´, nadie responde, aunque parece ser que va. A su regreso es ejecutado por los guerreros águilas y tigres.

Esto se demuestra en el epílogo del texto original donde K´iche´ Achí exclama a su regreso momentos antes de morir: “Huyó” habéis dicho. No he huido. Sólo salí a encomendarme a mis montañas y valles donde permanecía y solía alimentarme de hierbas tiernas.

...¿Qué sería de mi valentía, de mi gallardía, si no comiera en mis altos y en mis bajos caminos cuando volvía de allí?... Sí, en efecto. Aquí moriré. Aquí debo desaparecer. Entonces y ahora seré como la ardilla, como el pájaro que muere en las ramas, como muere en las hierbas, buscado y cazado como alimento, aquí, a la faz del cielo, a la faz de la tierra. ¡Vosotros pues águilas, vosotros pues tigres, venid pronto! ¡Cumplid vuestro deber! ¡Luchad pronto con vuestras garras! Porque sin compañía fallezco, porque soy guerrero valiente que vengo solo de mis montañas y valles. ¡Qué cielo y tierra sean con vosotros águilas, con vosotros tigres!

Estos sucesos aquí relatados constituyen una síntesis del texto que escribió Bartolo Sis en 1850, al sacarlo de la clandestinidad de 225 años, como consta en la copia hecha por Manuel Pérez en 1913, según aparece en su parte inicial, el texto en posesión actualmente del señor José León Coloch y cuya primera traducción directa al español fue realizada por el historiador Hugo Fidel Sacor, trabajando en ello desde 1986 para la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala y que vio la luz en 1991 en uno de sus cuadernos de investigación, el No. 1-90. García Escobar (2001).

Ahora bien, todo texto oral al transformarse en texto escrito va contaminando poco a poco su originalidad primigenia en tanto que de acuerdo con su contexto histórico va interpolando e incorporando nuevos elementos.
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En este sentido nos preguntamos cuánto habrá cambiado el texto oral tradicional del Rabinal Achí al ser primeramente transcrito al K´iche´ por Bartolo Sis como ya se dijo, y luego cuando al ser dictado al abate Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, quien no sólo lo transcribió a un idioma K´iche´ aprendido por él en esos años sino que también de allí lo tradujo al francés. De esta versión de Bourbourg publicada en 1862, Georges Raynaud hizo otra nueva traducción al francés en 1928 de la cual nuestro insigne escritor Luis Cardoza y Aragón elaboró una traducción en los dos años siguientes, la primera conocida en español, anotada por Raynaud y luego publicada por la Sociedad de Geografía e Historia en marzo de 1930. Habían pasado 80 años desde que Bartolo Sis elaborara el primer texto. García Escobar (2001).

Es a partir del texto en español de Cardoza y Aragón que se han hecho todos los estudios posteriores de profundos analistas, historiadores, sociólogos, antropólogos, y literatos, entre otras más, de reconocidas trayectorias humanistas.

Cumpliendo con esta necesidad, Rabinal ha sido visitado por investigadores nacionales y extranjeros como Henrietta Yurchenko, en 1948; Francisco Rodríguez Rouanet, en 1955; Carroll Edward Mace, estadounidense, en 1967; el japonés Koichi Okumura, en 1977; el francés Alain Breton desde los años 80. El holandés Ruud Van Akkeren, en 1986; la polaca Joanna Kosynska-Fribes, en 1986; La Cruz Roja Internacional, en 1998.

Lejos estaba don Bartolo Sis el 28 de octubre de 1850, cuando escribía en su idioma Achí al principio de su texto lo siguiente: unabe bibal rech Bartolo Sis chihuvinac. Vajxacib. cih chi iq riooctubre. rihunab de 1850. año. Mixchin. vehesahvi. orihinal. Rech. vaexahoh. tun.Rech.vae,catinamit s.ampablo Rabinal. García Escobar (2001).

Vi. Quxtabal.tave. Cumal.val. nuqabol. chubecih chubesac chicavapanoc quehecut rabinal achi wepu xahoh tun. A los veintiocho días del mes de octubre del año de 1850 realicé el original Baile del Tun de nuestro pueblo San Pablo Rabinal para que mis hijos mantengan la tradición.

Es el señor José León Coloch quien en 1986, hereda directamente de su suegro, el señor Esteban Xolop, todos los elementos coreográficos y parafernálicos, trajes, máscaras, instrumentos musicales y utilería, pues llevaba ya unas tres décadas de participar con don Esteban en su grupo.

Esteban Xolop lo había heredado del señor Manuel Pérez en las hoy lejanas épocas de los años treinta y cuarenta. Y así como fue don Esteban Xolop quien atendió a Henrietta Yurchienko en 1948 y a don Francisco Rodríguez Rouanet en los años cincuenta, así don José León se ha visto por muchos años, quizá desde los años setenta, acosado por investigadores acuciosos de muchas partes del mundo y de Guatemala.

Los malos entendidos entre las personas que de alguna manera tienen o han tenido que ver con la ejecución del baile-drama, ya sean de familiares o de amigos, tampoco han faltado.

Hay que ver la dificultad con que el mismo baile-drama se ha ejecutado a través del siglo XX por los obstáculos que los tradicionales tabúes mantenidos en secretividad por la gente, le imponen a la práctica del baile, más las intervenciones de personas inescrupulosas interesadas en turistizar esta tradición para obtener dividendos inconfesados en su propio beneficio y no del grupo que año con año, desde hace varios lustros, lo viene representando. García Escobar (2001).
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DESCRIPCIÓN DE LA OBRA

La
obra de teatro El Rabinal Achí, del texto de Luis Cardoza y Aragón contiene códigos y signos que demuestran que el teatro es un sistema de comunicación. Esta obra se describe a continuación en una breve síntesis:

Obra: El Rabinal Achí

Título original: El Rabinal Achí

País: Guatemala

Departamento: Rabinal, Alta Verapaz
Basado en el texto: Rabinal Achí - El Varón de Rabinal

Autor Texto referencia: Luis Cardoza y Aragón

Recopilador textual: Abate Charles Etienne Brasseur de Bourbourg

Autor : Tradiciòn Oral

Año: 1855-1862

Género: Teatro danza

Musicalización: Propia

Coreografía: Danza tradicional guatemalteca

Personajes:

CINCO-LLUVIA (HOBTOH) Gobernador de la ciudad de Rabinal

EL VARÓN DE RABINAL
(RABINAL ACHÍ) Jefe de los Varones, hijo del jefe Cinco-Lluvia

L VARÓN DE LOS K´ICHE´
(K´ICHE´ ACHÍ) Gobernador de los extranjeros de las ciudades
De Cunén y Chajul, el hijo del brujo de los Varones, brujo del envoltorio, gobernador de los k´iche´.

LA SEÑORA
(XOC AHUA) Esposa del jefe Cinco-Lluvia


MADRE DE LAS PLUMAS,
MADRE DE LOS VERDES PAJARILLOS
(U CHUCH GUG)

PRECIOSAS GEMAS
(RI-YAMANIM XTECOH YAMANIC) Esposa del Varón de Rabinal

UNA SIRVIENTA
(MUN)

UN SIRVIENTE DEL VARÓN DE RABINAL
(MUN)

DOCE ÁGUILAS AMARILLAS
(COT)

DOCE JAGUARES AMARILLOS
(BALAM) Títulos de los Varones de la ciudad de Rabinal

NUMEROSOS GUERREROS
NUMEROSOS SERVIDORES
GUERREROS Y MUJERES DEL
VARÓN DE RABINAL DANZANTES


Fotografia: De izquierda a derecha Maria Xolop Hija de Esteban Xolòp,(antiguo Director o Dueño del Rabinal Achì y Esposa de Jose Leon Coloch Garniga) Centro Lic.Carlos Galindo, Derecha Jose Leon Coloch Garniga (actual director del Rabinal Achì)Rabinal,Guatemala Enero 2005. VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org

VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org Parte del contenido de mi investigacion...

EL RABINAL ACHÍ SEGÚN EL MODELO DE DAVID BERLO


LA FIDELIDAD EN EL RABINAL ACHÍ, DETERMINANTES DEL EFECTO
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Existiendo un propósito para la comunicación en este caso el de la comunicación a través del teatro y una respuesta por producir¬se por parte del emisor, su sistema y relación con los códigos y signos; el comunicador desea siempre que su comunicación tenga alta fidelidad.

La palabra fide¬lidad es empleada aquí en el sentido de que el comunicador ha de lograr lo que desea, todo esto a través de distintos medios en materia de comunicación. Un encodificador de alta fidelidad es aquel que expresa en forma perfecta el signifi¬cado de la fuente.

En este caso, analizaremos dos esquemas. El primero, el análisis de la obra en general en cuanto al proceso de comunicación y el segundo entre los personajes y su concordancia comunicativa.

Un decodificador de códigos de alta fidelidad es aquel que inter¬preta el mensaje con una precisión absoluta. Al analizar la comunicación nos intere¬sa determinar lo que aumenta o reduce la fidelidad del proceso.

Shannon y Weaver, al hablar de la fidelidad de la comunicación, in¬trodujeron el concepto de que estamos acostumbrados a pensar en el ruido como en algo que distrae; como mensajes que interfieren con otros mensajes. El concepto Shannon-Weaver es similar a este significado común. Shannon y Weaver definen los ruidos como factores que distorsionan la calidad de una señal. Berlo (2002).

Podemos ampliar el significado que tenemos del ruido para incluir en cada uno de los componentes de la comunicación como factores que pueden reducir la efectividad. Dentro de la obra encontramos ruidos o distractores, de los cuales identificamos como principales elementos los siguientes:

BARRERAS FISIOLÓGICAS:

Estas se producen por el mal funcionamiento en los órganos de emisión y de recepción tanto en comunicadores como en receptores, Carlos Interiano en su libro Semióloga y Comunicación, indica que son ruidos, el tartamudeo, el siseo y los problemas de la audición y visualización. Muestra además que este problema se da en ambas partes del proceso de comunicación. Interiano (2003).



Hemos identificado dentro de la obra las siguientes barreras fisiológicas:

- La obra se realiza al aire libre lo cual dificulta la sonoridad de las voces de los actores,

- La utilización de máscaras para identificar a los personajes de la obra, impide que la voz se expanda normalmente,

- El espectador de la obra no ayuda a la presentación de la misma pues se encuentra de manera ambulatoria dentro del espacio escénico,

- Los cohetillos y bombas que acompañan el baile impiden que se escuchen por tiempos los actores,

- La contaminación sonora externa, y

- Los espacios a teatralizar no son adecuados, sean estos calles y avenidas de Rabinal, Baja Verapaz.

BARRERAS PSICOLÓGICAS

Según Interiano los problemas patológicos como la desnutrición, una afección pasajera, una jaqueca pueden contribuir a crear barreras psicológicas en la comunicación dado que el organismo es un ente armónico y no puede deslindarse la esfera fisiológica de la psicológica.

En suma las pérdidas están asociadas con los ruidos o barreras ya sean estas (las pérdidas) voluntarias e involuntarias. Identificamos las siguientes barreras psicológicas en la obra:

VOLUNTARIAS

- Los actores no se concentran en la presentación de la obra;

- Se acostumbra a ingerir alcohol antes de la presentación lo cual dificulta la creación de personajes;

- Falta de ensayos;

- Problemas de alimentación



INVOLUNTARIAS

- Enfermedad,

- Problemas personales,

- Fallecimiento de familiares,

- Falta de espacios y recursos para montaje en general

BARRERAS SEMÁNTICAS

Las barreras semánticas referidas al acto comunicativo pueden producirse no solamente por la mala interpretación de palabras y oraciones sino por problemas de interpretación de hechos sociales completos; entre los que suelen citarse las costumbres, tradiciones, signos visuales, los ademanes, los ritos etcétera. Quizás el factor más común es la escasa referencialidad de algunos mensajes en torno a la temática central del mismo, o la descontextualización de algunos signos utilizados para la elaboración de los mensajes. Dentro de la obra del Rabinal Achí podemos indicar lo siguientes:

- Los problemas en el aprendizaje y memorización del texto teatral,

- Los problemas de dicción del mismo en algunas frases,

- La correcta vocalización de las palabras,

- Los cambios que realizan los actores a su antojo del texto ya sea en frases, oraciones o párrafos por olvido de textos originales,

- Falta de comprensión total de la obra por parte del actor

Ruido y fidelidad son dos aspectos distintos de una misma cosa. La eliminación del ruido aumenta la fidelidad; la producción de ruido la reduce. Hay una literatura sobre la comunicación que trata del ruido y también hay una que habla de la fideli¬dad. El programa básico relacionado con el ruido y la fidelidad es la posibilidad de aislar esos factores dentro de cada uno de los componentes de la comunicación, y en el caso del Rabinal Achí es sumamente difícil eliminar este tipo de distractores o ruidos pues éstos son parte de la cultura y tradición de un pueblo.

RUIDO Y REDUNDANCIA:

Se denomina ruido a cualquier perturbación experimentada por la señal en el proceso de comunicación, es decir, a cualquier factor que le dificulte o le impida el afectar a cualquiera de sus elementos. Las distorsiones del sonido en la presentación del espectáculo, los actores que no se concentran o el espectador que habla por teléfono en la presentación de una obra, pero también es ruido la distorsión de la imagen de la televisión, la alteración de la escritura en un viaje, la afonía del hablante, la sordera del espectador, la ortografía defectuosa, la distracción del receptor en la presentación de la obra por cualquier motivo.

Para evitar o paliar la inevitable presencia del ruido en la comunicación es habitual introducir cierta proporción de redundancia en la codificación del mensaje. La redundancia en el código del mensaje consiste en un desequilibrio entre el contenido informativo y la cantidad de distinciones requeridas para identificar. Tal como lo expresa El Rabinal Achí en su interpretación de textos repetitivos o redundantes. O bien presentado de manera de comunicación a mayores mensajes menor información y viceversa.

+ Mensaje – Información

La redundancia es la parte del mensaje que podría omitirse sin que se produzca pérdida de información. Cualquier sistema de comunicación introduce algún grado de redundancia, para asegurar que no hay pérdida de información esencial, o sea para asegurar la perfecta recepción del mensaje.

La redundancia libremente introducida por el emisor puede revestir las más diversas formas.

Ejemplo de redundancia en el Texto del Rabinal Achí: El paralelismo en la obra, los textos ambiguos, numerosas fórmulas oratorias que marcan el principio o el fin de las citas, directas o referidas, que se dirigen uno a otro de los dialogantes: Ejemplo de parlamento: "¿Qué dices a la faz del cielo, a la faz de la tierra?".
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E - Mail: elrabinalachi@turbonett.com VISITA NUESTRA NUEVA PAGINA www.elrabinalachiguatemala.org